ENTREVISTA

Eduardo García, escritor
"LAS NUEVAS GENERACIONES SE ABREN CADA DIA MAS A LA POSIBILIDAD DE ACEPTACION DE UN MIEMBRO GAY"
por Maximiliano González Toro
Encargado de Prensa MAGO Editores

¿De dónde vienen tus ganas de escribir?

Desde niño empecé a escribir cuentos que de infantiles pasaron a ser cuentos de adolescentes, novelas juveniles y finalmente adultas. Sentía que tenía muchas cosas que contar y que la mejor manera de llegar a los demás era a través de la escritura.


¿Cuánto de autobiográfico tiene tu libro?

Aunque la novela no es autobiográfica, estoy convencido que siempre ponemos bastante de nosotros en la historia que contamos y, sobre todo, en los personajes. A veces el que más tiene de nosotros es el personaje principal, pero muchas otras veces es uno secundario. En el caso de FELIZ CUMPLEAÑOS, TE QUIERO la historia es ficción, a pesar de que la gran parte de los personajes secundarios existen, lo mismo que sus historias, unas más noveladas que otras, eso sí. Los lugares y sus descripciones son totalmente
reales. Cuando dedico el libro a mis padres, digo también "los que nunca me han puesto los ojos morados", para dejar claro que yo no soy Ricardo, el protagonista, aunque escuché a alguien que leyó la novela y que me conoce decir que él es mi alter-ego.


Eres dominicano, ¿cómo ves el trato que se les da a las minorías sexuales en nuestro país a todo nivel?

Visito Chile desde 1995, así que de alguna manera he ido viviendo los grandes cambios que el país ha experimentado en los últimos 17 años. Si bien es cierto sigue siendo un país con características latinoamericanas en cuanto a lo conservador y machista, he notado cómo se ha ido abriendo ante el tema de las minorías sexuales. Las discriminaciones continúan, también las dobles vidas y la hipocresía de la sociedad. Pero la gente se ha atrevido a conocer más acerca de esta opción. También creo que hay más apoyo de parte del gobierno y eso es algo bueno. Queda mucho por recorrer, por avanzar, y eso lo noto, por ejemplo, en diversos medios de comunicación, que aún les complica el publicar críticas acerca de una novela con temática gay. También opino que los más homofóbicos de todos son los gays reprimidos, que en su afán por ocultar su verdadera condición no pierden oportunidad para hablar mal de los homosexuales. Y sí, las personas aún se sienten un poco intimidadas con este tema. Lo bueno es que cada vez hay más personajes homosexuales en los programas de televisión, los comerciales, en los libros, en las teleseries. Muchos programas televisivos, lamentablemente, todavía se burlan de la condición sexual y caricaturizan a los gays, sobre todo a los más afeminados. En conclusión, me atrevo a decir que aunque los más viejos son más conservadores y cerrados ante este tema, la buena noticia es que las nuevas generaciones se abren cada día más a la posibilidad de aceptación de un miembro gay, ya sea en su familia o en su círculo de amigos.


¿Con tu novela te sientes una especie de interlocutor de los homosexuales reprimidos?

Por medio de esta novela creo que les puede quedar un poco más claro a los heterosexuales que ser gay no significa siempre ser promiscuo, afeminado, "loca". Como es normal en todas las comunidades, existe de todo, pero un gay, actúe como actúe, tiene sentimientos, es una persona que busca ser amada,
quiere comprensión y aceptación, quiere un espacio digno dentro de la sociedad. Ser gay no significa degeneración, y creo que de alguna manera eso se puede ver en esta novela, donde el protagonista tiene buenos valores inculcados y es más sincero, valiente y justo que otras personas a los que la sociedad considera "normales".


En el libro se va contando una historia paralela a la del protagonista, cuando éste era pre-adolescente. ¿Crees que es mucho más difícil declarar una tendencia sexual a tan corta edad?

Todo depende de la familia en la que hemos crecido y del círculo social que nos rodea. Por lo general, para un adolescente es más difícil declararse gay en el sentido que depende de los padres en el aspecto material, y además está ya de por sí luchando, como todos los adolescentes sin distinción, por encontrar su identidad y sentirse aceptado en su círculo de amigos y compañeros de clases. Agregarle además a esta lucha otra tan fuerte como es la de ir contra la corriente y asumir su homosexualidad a tan temprana edad, es demasiada presión para alguien tan joven. Por eso, comúnmente, se piensa que es algo pasajero, y de por sí es algo que hay que ocultar a toda costa hasta que esa etapa pase aunque, en la mayoría de los casos, cuando nos hacemos adultos, tenemos que aceptar que es lo que somos. Por otro lado, el adolescente tiene la fuerza y la rebeldía que da la juventud, y algunos deciden enfrentar la realidad desde muy jóvenes, sintiéndose valientes. Me atrevo a decir, eso sí, que al menos en nuestros países latinoamericanos, esto es la minoría de los casos.


¿Por qué piensas que el protagonista de tu novela espera hasta los 25 años para contar su verdad a los padres?

Tengo la impresión que lo hizo porque las cosas estaban a punto de salirse de sus manos, ya que si seguía su relación con Luz, su novia, muy pronto iban a tener que casarse y él no lo consideraba justo ni para él ni para sus seres queridos, a quienes no quería engañar más. Además, a esa edad ya se sentía más maduro y con más base para sacar a la luz su condición sexual. Tenía un
buen trabajo, lo que hacía que estuviera económicamente estable. A pesar de vivir aún con sus padres, se sentía capaz de empezar una nueva vida si
era necesario.


¿Cómo sientes a las personas que mantienen una doble vida y tienen parejas heterosexuales siendo homosexuales?

Definitivamente, yo no lo haría. Pero tengo amigos que sí están en esas condiciones y conozco sus historias, por eso pienso que hay que estar en el zapato del otro para entenderlo. Tenemos que estar claros que en Chile aún es muy importante la condición sexual y marital de alguien para conseguir un buen trabajo y poder ascender y ser aceptado por sus colegas. También está la presión de la familia, sobre todo cuando es conservadora y religiosa. Cada uno sabe hasta dónde llega con las cosas que hace, y asimismo cada uno debe ser consecuente con los resultados de sus actos.


¿Cómo ha sido la experiencia de editar tu primera novela en Chile?

Estoy feliz con la publicación, pero todavía es muy pronto para tener una respuesta.


¿Qué le dirías a los jóvenes que están experimentando sentimientos homosexuales y se sienten atrapados por la sociedad?

La verdad es que no sé qué tan atrapados se sentirán hoy día. Hace unos años atrás era tremendo, pero ahora es otra cosa. En el Metro veo a los escolares en
actitudes ambiguas, amigos que se arreglan el pelo entre ellos y se dan muestras de cariño. Camino por el sector de Bellas Artes, que ya ha sido declarado oficialmente gay, y andan los chicos más jóvenes tomados de la mano. En el Parque Forestal se acuestan sobre la hierba, abrazados y besándose. Incluso
escucho historias que en las escuelas, aunque un chico sea heterosexual, se convierte en ambiguo porque es lo que está de moda y es bien visto entre ellos. Es una manera de pensar diferente a la de hace unos pocos años atrás, y por eso no estoy muy seguro de si se sentirán atrapados o no. Pero sí puedo decir que la vida es el momento presente y si de verdad alguien se siente homosexual, que no lo reprima y viva su sexualidad a plenitud para evitar los traumas y las depresiones futuras. Y si se va a reprimir, que no lo manifieste atacando de manera física o verbal a los que siente iguales que él pero son más sinceros o más valientes.


¿Cómo ves que MAGO Editores esté editando una nueva narrativa gay?

Me parece maravillosa la oportunidad de formar parte de esta nueva generación de escritores que está surgiendo. No diría exclusivamente narrativa gay, ya que para el futuro tengo planeado novelas con otra temática. Pero de que vuelvo con más narrativa gay, ¡vuelvo!